Si la escritora J K Rolling se planteara hoy en día escribir sobre las peripecias de un menor dotado para la magia, sobre su evolución hacia la madurez, luchando contra todo tipo de contratiempos, no les quepa duda, señoras, de que para tener éxito ese personaje protagonista debería ser femenino. Porque Hermione está bien, pero no basta, es una segundona por detrás del héroe. Intolerable.
En realidad, si nos ponemos tiquismiquis, pocas historias de literatura aguantan el revisionismo feminista actual. Y los cuentos infantiles, ya ni les digo… Aunque no es para menos, juzguen ustedes: una pazguata que se deja mangonear por su madrastra y otras desaprensivas, que pierde un zapato, carísimo seguramente, y que se casa con un fulano más pazguato todavía, que para reconocerla necesita probar el zapatito extraviado a todas las doncellas del Reino ( ¿ pero dónde estuvo mirando este pollo toda la noche mientras bailaba con ella? ); una tontaina que, escapando de su madrastra, se mete en el bosque y decide lavar, planchar, ordenar, coser, barrer y guisar para siete personajes limitados verticalmente, a saber: un sabio, un mocoso, un mudito, un (in)feliz,un dormilón, un tímido y un gruñón, vamos, los perfectos compañeros de piso; una bobalicona que, viviendo tan ricamente en un palacio en lo profundo del mar, se enamora de un perfecto imbécil por el que sacrifica su voz y su maravillosa cola, todo para acabar convertida en espuma de mar, cuando el tipo se lía con otra…
Vamos a plantearlo en modo intrascendente y superficial, que para eso estamos en agosto…al menos esta última simplona disfrutó de piernas y pudo ponerse vestidos.
De vestidos largos y floreados, sin duda la mejor opción para el verano, ya hemos hablado en este blog.
Los dos vestidos son de Adúo Guadalajara.
Pero hay más tipos de vestidos que peces en el mar ( acompañando a la sirenita ): cruzados, camiseros, lenceros, babydoll, de encaje, de punto…Veamos:
De flores, pero cortos
Estos son de Pepe Jeans y de HM
El vestidito negro y el vestidito blanco
De Fórmula Joven y de Massimo Dutti
Un vestido ajustado en verde agua
El collar es de Majórica, este vestido tiene su historia, es de Toypes, una marca de moda gallega, y formaba parte de un traje de chaqueta que me puse para la boda de una prima en el norte, hace unos cuantos años. Una modista, una maravillosa modista , lo acortó y me lo sigo poniendo ( Sí, me vale, con una buena faja debajo, bendito sea el inventor de la Maidenform. ) Con tacones plateados y una cartera beige, perfecto.
Estampado, tipo caftan
El vestido es de Almatrichi, menorquinas rojas y bolsito de Mango. El collar es creación mía.
Y otro estampado
Y más estampado
De HM y sandalias de Massimo Dutty.
Un clásico camisero de Sfera
Aquí los complementos son claves para no fundirnos con el color de una acera
Según la inefable Marie Kondo, a la hora de deshacernos de las cosas que ya no usamos, hemos de despedirnos de ellas, dándoles las gracias por lo que en su día nos aportaron.
Pues, ¡ adiós y muchas gracias !
En los años 70 la diseñadora Diane Von Fustenberg, como reclamo para vender su célebre vestido cruzado, decía: ” Siéntete mujer, lleva un vestido “. Hoy semejante frase publicitaria estaría bajo sospecha, porque lo de equiparar la femineidad con llevar algo que marque curvas y que enseñe las piernas no está dentro del canon de corrección política actual. Pero los vestidos llevan siglos formando parte del imaginario femenino, y, personalmente, pienso que un vestido hace más por una mujer que cinco cajas de triptófano.
Aunque no permito que nadie cuestione mi compromiso feminista ( ” no, querida ministra, bonita, el feminismo no lo ha inventado ningún partido político ” ) no soy partidaria de cambiarle el final a ningún cuento; al fin y al cabo, la magia consiste en creer que el amanecer de mañana será mas feliz que el de hoy.
Y como lo que de verdad nos gustan son los finales felices, si se quedan ustedes tiradas en la carretera, agradecerán la aparición de quien sea que las ayude: príncipe o camionero. El corcel blanco mejora la puesta en escena, cierto, pero es accesorio.
¡ Feliz semana !