De los cientos de formas que ha ideado la raza humana para acabar en la consulta del traumatólogo , ( o algo peor… ), llama la atención la que tiene lugar desde hace casi dos siglos el último lunes de mayo en Glocestershire, cuando un maestro de ceremonias deja caer un queso Double Gloucester de 4 kilos colina de Cooper abajo, y los corredores se lanzan en frenético descenso en pos del queso.
Para que conste, yo les comprendo perfectamente, pues tengo la certeza de que en otra vida fui ratón, así que si en algún pueblo de La Mancha se deciden a emular a los británicos, me pensaré el participar, no sin antes tener en cuenta los consejos del ganador de las últimas ediciones, ( un tipo al que, sorprendentemente, no le gusta el queso ) ,que achaca sus éxitos a su depurada técnica de entrenamiento de gemelos.
Técnica ,señoras, técnica y actitud. Para bajar corriendo una cuesta. O para caminar con tacones. En realidad, técnica , actitud y, a qué negarlo, AGUANTE.
Porque debo decir que de los consejos que he oído sobre cómo caminar con tacones el más útil es tener a mano el teléfono de radio taxi. Porque cuando oigo tacones y comodidad en la misma frase me sale un sarpullido. Porque son matadores, sí , ¡ pero son tan bonitos…!
Con medias de rejilla en negro
De animal print
Con hebilla y medias tupidas, que le dan un aire colegial
En marrón y media con algo de brilli
Algo más de rejilla
En violeta y fantasía
Dada la ola de revisionismo feminista que nos invade, parece extraño que no se invite a boicotear películas donde el héroe cazavampiros, por ejemplo, con unas cómodas botas ,que parecen incluso forradas de borreguito, se dedica a eliminar habitantes tóxicos de Transilvania, mientras la heroína se deshace de toda clase de alimañas voladoras con la misma eficacia pero encaramada a unos buenos tacones. Y del corpiño, ya ni hablamos…
Me encantan los tacones, ya lo he dicho. Y , no puedo evitarlo, prefiero unos zapatos bonitos antes que cómodos.
¿Pero es obligatorio el suplicio de los tacones en una celebración, en una boda, si no tenemos costumbre , sólo porque pensamos que es más elegante? Porque viendo luego las fotos, el dolor de pies lo llevas reflejado en la cara…
Cada una se tortura como quiere, pero con los tacones como con la vida, conviene tener ciertas cosas claras, si no, nos podemos ver como el ganador de la carrera del queso rodante, corriendo como locas detrás de algo que ni siquiera nos gusta.
¡Feliz semana !
Yo, como la película de Almodóvar, soy de “Tacones Lejanos”…
Buen finde
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Di que sí….y al día siguiente baños de sal para los pies !!
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